El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, realizó un anuncio contundente este 22 de diciembre, asegurando que designará a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) de forma inmediata una vez asuma el cargo. Esta declaración ha generado gran atención, ya que implica una intensificación de la lucha contra los grupos criminales que operan tanto en México como en Estados Unidos.
La propuesta de Trump coincide con un esfuerzo legislativo impulsado por los republicanos Lindsey Graham y John Kennedy, quienes en 2023 anunciaron la presentación de un proyecto de ley en el Congreso de Estados Unidos con el objetivo de declarar a los cárteles del narcotráfico en México como organizaciones terroristas extranjeras. El propósito de este proyecto es habilitar una serie de medidas más estrictas contra los cárteles, lo que incluiría la autorización para que las fuerzas armadas estadounidenses intervengan directamente en la lucha contra estos grupos, incluso dentro del territorio mexicano.
La designación de los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras permitiría que Estados Unidos utilice una serie de herramientas legales más potentes para combatir a estos grupos, tales como la congelación de activos, la implementación de sanciones económicas y la posibilidad de tomar medidas militares directas. Esta medida podría también facilitar la cooperación internacional, permitiendo que los esfuerzos contra los cárteles trasciendan las fronteras de ambos países y se coordinen en un nivel más global.
En su declaración, Trump subrayó la necesidad de un enfoque más agresivo para erradicar el narcotráfico, el cual, según él, ha tenido consecuencias devastadoras tanto para la seguridad de Estados Unidos como para la de México. La violencia asociada con los cárteles de la droga ha escalado de manera alarmante en ambos países, afectando a miles de ciudadanos, y generando un fuerte sentimiento de urgencia entre los legisladores y autoridades estadounidenses.
El anuncio de Trump también plantea cuestiones complejas sobre la soberanía de México y la relación bilateral entre ambos países. Mientras que algunos en Estados Unidos argumentan que una intervención más directa es necesaria para frenar la creciente violencia, otros advierten sobre los riesgos de violar la soberanía de México, un país que, aunque comparte una estrecha colaboración con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, tiene sus propias políticas y estrategias de seguridad.
En este contexto, la propuesta de designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras refleja la creciente frustración en Washington por la incapacidad de frenar el tráfico de drogas, especialmente la fentanilo, que ha causado miles de muertes por sobredosis en los Estados Unidos en los últimos años. Sin embargo, este enfoque más militarizado podría generar tensiones diplomáticas entre los dos países, que ya enfrentan retos en otras áreas de su relación bilateral.
En resumen, el plan de Trump de designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras abre un nuevo capítulo en la lucha contra el narcotráfico, con implicaciones tanto para la política interna de Estados Unidos como para las dinámicas internacionales. Esta medida podría transformar significativamente la forma en que se abordan los cárteles del narcotráfico, pero también podría acentuar las complejas interacciones entre las fuerzas de seguridad de ambos países.